viernes, 31 de octubre de 2008

El lado oscuro

- Me caeré
- No, no lo harás. Yo te sujetaré. Venga, de una en una.
- Está bien - Sietepatas avanzó tímidamente para subir pared arriba intentando despistar a la gravedad. Una..... Dos... Tres. Cuatro, cinco seis y siete.
- ¿Lo ves?, no pasa nada, yo te voy dando el apoyo que necesitas - dijo su sombra justo debajo de ella.
Se sujetaban mutua y recíprocamente.
Así empezó aquel amor. Juntaban sus patitas como dos enamoradas en mundos separados por un fino cristal invisible.
Mientras ella estuviese ahí no se caería. Juntas recorrerían la pared entera, sin molestar a nadie. ¿Y a quién le importa?.

Pero todo lo que empieza....
Antes de que hubiese acabado la noche y la luz del día empezase a iluminar aquel amor imposible, pues eran de especies diferentes a pesar del parecido, alguien.... (una mano envidiosa, mala, o quizá sólo ignorante).... apagó la luz.

lunes, 27 de octubre de 2008

La taza... fría

Cae el azúcar sobre la bolsita que se resiste, flotando en el agua caliente... Finalmente se hunde con la dulce carga hasta el fondo. Me la llevo conmigo a la mesa y empiezo a escribir, aun no sé lo que... El vapor sale de la taza despacito para toparse con mi cara. Arrimo los labios y soplo provocando un pequeño oleaje, mínimo. Subida de la marea en el margen correspondiente para tocar la termosensible piel..
No demasiado caliente. Mis manos agarran la taza y la aproximan con cariño para recibir el agradable y caluroso mimo.
No sé cuánto tiempo pasó, pero de repente mi boca anhelante del pequeño caliente y dulce sorbo no halla más que aire casi frío, ni siquiera templado. La taza ha muerto, ya no está mimosa. Y es que todo se termina. Y a veces tan pronto que apenas empezó...
Intentaré reanimarla con el microondas...

miércoles, 22 de octubre de 2008

Inercias

"Sólo palabras retenidas
sin memoria
sin acuerdo
como un hilo ingrávido
que sospecha el desacierto."


Adriana Simona. Las Ánimas Perdidas.



Cae la tarde. Y me olvidé otra vez. De tomar. Una determinación.
¿Acaso no eres capaz de estar así... sin hacer nada...?
Siempre se hace algo.
Sí, tienes razón. Dibujar una elipse. Esperar. Con el pensamiento seguir el movimiento de los peces. Esperar. Escuchar el lenguaje de las plantas. Esperar. Olvidarte de tomar una determinación. Y se acabó el esperar. Me tomaré un descanso.
Sí, cuídate. Pareces cansada.

viernes, 17 de octubre de 2008

Háblamelas tú, que estoy cansada...

Encenderé el fuego para que baile sobre el agua y nos caliente la noche.

Image Hosting by PictureTrail.com
Palabras palabras palabras. Me pedís palabras para envolver las nadas, los vacíos de significados que no tienen que ver con vosotros, sólo conmigo. ¿Cómo me haré entender? ¿Qué mecanismo convierte las palabras en mares que cuanto más grandes son más cubren, más ahogan? No puedo explicaros que mis palabras no valen para vosotros, como las vuestras tampoco me valen a mí.
Quizá, y como dice la canción, es mejor ser la dueña de mi silencio. Y si no gasto palabras tampoco sabreis nada de mi, y yo qué sé... Si todo es una ilusión.
Todo lo que tiene sentido en mi cabeza lo pierde, al menos en parte, cuando lo vierto en las palabras. Me faltan tallas. A veces demasiado grandes, a veces demasiado pequeñas.
¿Acaso pensais que tengo un saco sin fondo lleno de palabras?

Sí, sí que lo tengo, pero me da pereza ordenarlas.
Tengo todas las palabras, las justas, las vuestras y las mías, todas en el saco....
Quereis palabras.
Palabras.
Cuarto y mitad de palabras por favor. Que sean frescas.

Y ahora háblamelas tú, sí, tú, tú... como si me encendieras el cigarro.... pero sin malos humos, sólo el vapor de tu cálido aliento.
Azuzaré el fuego para que baile sobre el agua y nos siga calentando la noche.

lunes, 13 de octubre de 2008

Horizontes

Horizontes: Hipnotizantes cuando el mar y el cielo se unen en una única luz. Las Cíes se interponen, coprotagonistas de una gran escena. La curvatura del planeta se percibe, como una ilusión. Es una ilusión, pues no es posible verla desde nuestra perspectiva, somos demasiado pequeños. La luz nos vuelve a tomar el pelo... Aquí, minúsculos mirones, en este balcón, tan mínimos como la profundidad de mirada nos permita observar. La gran ciudad iluminada por el astro que huye hacia allí, donde nace la vista.
Mira los surcos de los barcos, toda la actividad portuaria y si te fijas, todos esos coches nuevos en la explanada del puerto, esperando para salir a navegar...
Es casi surrealista.
Es Vigo.



"Encontré mi sombra bajo el puente de la ría, el puerto está dormido y huele a mar, he amarrado el tiempo entre los barcos, me quedaré hasta mañana...

El sol me deslumbra los ojos, pasamos Orense de día, quedamos en Vigo esta noche, ayer, en Coruña, llovía..."

sábado, 11 de octubre de 2008

Yo soy más rápida...

Esto se lo dedico al Druida de mi vida, al hacedor de mis gozos y felicidad. Rápido cuando hace falta, lento si se precisa...


Speed test

viernes, 10 de octubre de 2008

Otra vez las culpas

Salía del bar en el que echo la primitiva a deshoras. Contenta. Un premio de 8 Euros en la del Druida (tendrá que afinar más la próxima semana, veremos si esas dotes adivinatorias suyas consiguen hacernos millonarios de una pu..ñetera vez). La del chollo tenía devolución, y la barwoman casi me la juega (hacía la cuenta al revés y el premio en vez de 8 había bajado a 2 por arte de pensamiento lento mañanero). Me dí cuenta, solventamos el error con sonrisas y conservé la mía hasta la salida.
La ví de refilón, apresurada. Sus largas piernas la hacían casi volar. Figura extremadamente delgada, alta y rubia, con facciones de modelo. Supe que ella me había visto a mí antes porque noté su deliberada omisión cuando se giró para abrir la puerta del Taxi que se disponía a coger. Tuve un primer impulso de detenerla y saludarla, pero aquello me contuvo, la sensación de que no deseaba que la molestasen en ese momento, la sensación de que huía, de la culpa. Sí, noté que una gran culpa la perseguía y no podía permitir que nadie la viese huir.
Me dió pena. Me ví a mí misma cuando hace ya mucho tiempo huía también. Quise decirle que no lo hiciese, que es mentira, que la culpa no es suya, aunque él le hubiese aplastado tanto el alma y el orgullo que pareciese que todo era consecuencia de su estupidez.
"No eres estúpida, de hecho, eres más lista que él, esquiva esas balas de culpa o te reventarán el corazón. NO es que valgas la pena, es que vales mucho más que él, de hecho, lo más probable es que eso mismo sea el problema, que no puede soportar que eres mejor que él, no dejes que te convenza, porque es mentira. Nos dijiste que pasó algo que no puedes contar. Creo que piensas que es culpa tuya, que te juzgaremos mal si nos lo cuentas. No hace falta que lo hagas, sólo quiero que te sacudas la culpa de una vez y dejes de huir, hazte ese favor. Tú.. tú puedes."

martes, 7 de octubre de 2008

Mamá... ¿adónde vas?


- Mamá... ¿adónde vas?
- Vamos al cole mi rei
- Pero tú.. ¿adónde vas tú mami?, ¿vas al centro de salus?, ¿vas a trabajat?
- No cariño, ahora no. Voy por la tarde
- ¿Y por qué?
- Porque hay que ganar dinero
- Vaaale.
- Hoy va a buscarte papi y ya estás con él por la tarde ¿vale?
- Síi, vaaale.

Caminamos por la acera dirección oeste. El sol naciente alarga nuestras sombras hasta casi el cruce donde debemos girar para ir al cole.
- Mami, ¡mira qué grande soy!
- Sí cariño, eres muy grande, ¡ya vas al cole de los grandes mi rei!
- Síiiií, y tú también eres grande - me dice señalando mi alargada sombra, que alcanza más que la suya.
- Sí, somos muy grandes los dos ¿a que sí?
- Síií, somos grandes - sonríe.
Una farola se interpone entre su sombra y el suelo y tuerce el gesto desilusionado, pues de repente su oscura proyección se levanta acortándose. Yo me doy cuenta y desplazo la recta de nuestra dirección lo justo para que sea mi sombra la que trepe por la farola.
- Mira, ¿ves?, ahora eres tú más grande que yo.
- Síií - vuelve a sonreír mi niño.
Giramos la esquina y echamos una carrera hasta la puerta. La fila esperaba por mi reisiño grande, que apenas entiende los tejemanejes de la engañosa luz, pero ya aprenderá...

Ya sé que el niño de la canción es una niña, y además mi niño no tiene los ojos azules, ¡ni verdes!. Kilométricas pestañas enmarcan una mirada única. Pero esta canción me gusta para este post... Será por el Where do we go now del final... Los coros son el espíritu de las canciones.

lunes, 6 de octubre de 2008

Superviviendo: Please, Tell me Who I Am

Cuando era pequeña me imaginaba muy distinta.
Los niños tienen el sentido egocéntrico muy desarrollado. Supongo que es una cuestión de supervivencia. Supervivir, más que sobrevivir... Superviven para aprender lo más deprisa posible las reglas de este mundo de seres vivos. Mantenerse vivo y a salvo, ese es el instinto primario básico, supongo yo. Supermira, superoye, superanaliza si lo que te llega por los sentidos te afecta a tí, si te vale o no... Todo gira a tu alrededor.
En este "primer mundo" la humanidad es inmadura, por suerte del destino vital, así que no cuesta ponerse en el lugar de un niño, digamos que el ejercicio es simple.
Parece que mantenerse vivo y a salvo no es, en general, ninguna complicación por aquí, de modo que se buscan otras necesidades y se satisfacen para hacer de la vida un lecho de felicidad y bienestar.
¿Sabemos quiénes somos?
"Cuando era pequeña me imaginaba muy distinta". Eso empecé escribiendo.
Tenía una imagen de mi misma muy diferente de la que me devolvía el espejo.
"¿Quién soy?" Me pregunto desde que tengo uso de razón. Reconozco que debo ser especialmente inmadura pues esa pregunta, tan egocéntrica, tan especialmente subjetiva, me persigue desde siempre... Esa es mi pregunta vital.
Todavía hoy, aunque me he aprendido mis principales rasgos de memoria, y casi los tengo encajados y me congratulo con mis permanentes y ocasionales virtudes (algunas hay) y me resigno con mis obstinados defectos (algunos también hay), me sorprendo con mi reflejo, con las sombras que proyecto, con lo que los demás dicen que soy yo.
Anteayer me sentí de nuevo una extraña viajando en un cascarón orgánico con sus cinco sentidos en pleno funcionamiento. Y un sexto, la conciencia de estar dentro de un especialísimo vehículo que todavía hoy, después de 37 años, guarda muchos secretos y sorpresas para mí.
¿Soy yo?...
I know it sounds absurd
But please tell me who I am.
Superviviendo con Supertramp.

jueves, 2 de octubre de 2008

Mi último día

La suerte está echada. No me queda mucho, pero no importa, porque he cerrado el trato: poder ver crecer a mi niño, y la facultad de ayudarlo en aquellos momentos más delicados de su vida. No ha salido caro. Mi vida, mi alma, todo mi ser a cambio. No es habitual que Dios haga tratos con los mortales, pero las cosas no van bien. El mundo se ha vuelto loco. Todos quieren pactar con el diablo, al fin sus almas ya están malditas. Pero yo pensé: ¿por qué no? Tal y como van las cosas un alma es un alma. Y Él accedió. No sé para qué las quieren, eso es secreto de sumario, pero tanto Él como el angel oscuro se afanan en conseguir las máximas almas posibles, como en una guerra fría. ¿Cuál es el bando bueno? ¿Cómo sabré a quién vendo mi alma? ¿Cómo sabré que cumplirá su trato? ¿Valdrá para algo este papiro viejo escrito con la tinta roja de mi sangre? Él no firma. Sólo tengo su palabra. Palabra de Dios. ¿Qué pasará cuando todas las almas ya estén repartidas?. ¿Cuánto sobrevivirá mi hijo?. Quizá sería mejor que no sobreviviese. Quizá tenga que decidir sobre la vida y la muerte de mi hijo para evitarle sufrimiento. ¿Podré hacerlo?. Puede que me haya precipitado y al fin Él haya hecho un buen trato, zafándose de su poder, y no yo.

De todas formas la suerte está echada. Moriré mañana, así que este es mi último día.
No se lo diré a nadie, o sí, a cualquier desconocido o desconocida, si mi secreto me pesa demasiado. Le contaré todo. Sobre todo que si me voy no es porque yo quiera, es porque me echan, pues yo deseo vivir, pero que estaré siempre con los que me quieren, sí, se lo contaré para que luego ellos lo sepan. ¿Cómo voy a escoger la canción de mi último día? Escucharé muchas canciones, pero como cualquier día, como si me quedase toda una vida para escuchar toda esa música que me hizo sentir, vivir y emocionarme. No podría escuchar una canción que me gusta pensando que es la última vez que lo haré... ¿Y quién asegura que en el más allá no podré escuchar buena música?

Me quedará algún asunto pendiente, como clasificar y archivar todo ese maremágnum de imágenes en el disco duro. Esas fotos que esperaba poder ver de nuevo y que no voy a tener tiempo de encontrar. Espero que alguien se tome el trabajo de mirarlas otra vez, con la misma curiosidad que yo, intentando descubrir un mundo invisible a nuestros ojos pero no al objetivo de la cámara. Ahí está, petrificado en un montón de luminosos píxeles, como un fósil etéreo. Ojalá alguien quiera buscar esa magia que se esconde como una aguja en un pajar.
Y en un día no puedo leer un libro entero. Leeré algún verso. Neruda, García Lorca, Adriana Simona. Leeré los poemas de mi tragicómica niña, Carolina, y escucharé sus susurros cada vez más llenos de matices, y me sentiré muy orgullosa de ella y de sus hermanos. Son seres extraordinarios y los adoro. Me pesa no habérselo demostrado más. Estaré a su lado siempre que pueda. Leeré mis propios escritos haciendo balance y, por qué no, escudriñando en la persona que fui, en la que soy, y adivinando la que seré en el más allá, si es que mi alma conserva algo de mi identidad, pues para cumplir el pacto así debe ser... pero ya no sé si me fio. El último día y desconfiando de Dios. No sé si es bueno o malo. Como siempre. Ni ante la muerte puedo cambiar eso de mí. Necesito creer, pero mi fe flaquea. No me quiero despedir, sólo quiero decir Hasta Pronto. Os quiero y os deseo lo mejor.

Y qué importa. La suerte.... está echada.


Pues esta es mi versión para el meme que propone Zeltia, las cinco preguntas sobre mi último día. Y yo no propongo a nadie. El que quiera que se apunte. Libre albedrío.
Como ves, Zeltia, yo también me metí en el papel... ¡Estoy un poco acongojada después de escribirlo! Aissss. Espero que se me quite con un abrazo y un beso de mi reisiño. Sí. Seguro que sí.